La alameda estaba conformada por cuatro filas de ficus, árboles tradicionales del paisaje miraflorino y dos calles, una de tierra apisonada y la otra para las líneas del tranvía inicialmente jaladas por mulas. Antes de terminar, se prolongaba por el lado izquierdo a una antigua y pequeña arteria llamada centro, para empalmar con la calle Lima en la que se ubica la Plaza de la Glorieta y la de la antigua Iglesia.
Si bien es cierto la Alameda no mantiene las características de antaño es innegable su importancia histórica ligada a la literatura nacional, don Ricardo Palma era vecino de este lugar y solía pasear diariamente por este ambiente. En la berma central, cerca a la Av. Petit Thouars se aprecia el busto del escritor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario